[RELATO SIMPLÓN Y ESPONTÁNEO DE ACTUALIZACIÓN SEMANAL]

Macri, chipriota errante, normalmente en paro pero que ahora trabaja en Londres para una editorial, emprende una aventura para intentar conseguir los derechos de autor de un libro ucraniano de ciencia ficción. Desgraciadamente el soldado está integrado en tropas internacionales y Macri viaja siempre ahorrando.

(English version here)


NOVENA ENTREGA

-Los hazara han hecho la mejor campaña de marketing de la historia. Han explotado a fondo la imagen de víctimas tras la voladura de los budas de Bamiyan. Las estatuas no eran hazara, pero ellos, con ayuda y dinero de la CIA, han sabido manipular todo para que lo parezca. Y para que parezca que ellos son el único pueblo afgano que se opuso a los talibanes y a los fundamentalistas islámicos. La gente en Europa se cree que los hazara han sido marginados por lo tolerante y lo abiertos que son. Se cree que ellos son los únicos que no le ponen burka a sus mujeres y que no son fanáticos religiosos. Es todo una farsa. Le desafío, señor Macri, a que encuentre una sola mujer kuchi con burka. Y si Usted visitara cualquier pueblo hazara y después un campamento kuchi, vería quienes son las auténticas víctimas, quienes pasan hambre.
-Hmmm, por qué las minorías siempre se pelean entre sí en vez de unirse contra quienes los machacan? Sabe? He visto lo mismo en Kosovo, los gitanos odiaban a los roma...
-Eso no tiene nada que ver con nuestra situación. Aquí nosotros somos los únicos nómadas, los hazara tienen sus terrenos de siempre, aunque no paran de expandirse, con el dinero de los americanos. Quieren quedarse con la mitad del país. Nosotros sólo queremos es un lugar para instalarnos, porque necesitamos gestionar nuestras vidas nosotros mismos. Todos los pueblos tienen derecho a instalar su nación en algun territorio, pero los hazara nos lo niegan.
-No comprendo, Ajmal. ¿Por qué van a odiaros?
-Desde hace siglos los kuchis pasamos seis meses al año en los valles de Gor. Esa zona siempre nos ha pertenecido. Aunque sólo vamos a Gor en verano, cuando los pastos están verdes y no hace viento helado, el terreno siempre ha sido nuestro. Por eso decidimos fundar ahí la patria kuchi. Nuestra idea es que seamos los kuchi los que administremos toda la provincia. Que quienes quieran se establezcan para siempre en las zonas de pasto y los que no, que sepan que van a poder seguir volviendo siempre aquí. En cuanto hicimos pública la idea los hazara se lanzaron a reclamar los terrenos. Forma parte de una estrategia norteamericana para pacificar Afganistán: intentan que el terreno controlado por los hazara, a quienes consideran sus aliados y que les parecen tranquilos y poco extremistas, se extienda todo lo posible. Su idea es que todo el centro del país sea zona hazara, a costa de expulsar a todo el resto de tribus. Y los hazra encantados, quedándose con los terrenos legítimos del resto de naciones afganas. Pero nosotros no nos vamos a resignar; dentro de dos meses, muchos de los kuchis que lleguen a Gor e instalen allí sus campamentos y sus yurtas para el pastoreo de primavera ya no se irán cuando llegue el invierno.
-Vaya, ahora dudo si odiáis más a los hazara o al simpático señor que nos secuestró anoche y que es de vuestra misma tribu.
-No, señor Macri, nosotros no odiamos a nadie. El islam es amor. Ni siquiera odiamos a los infieles hazara, que dicen que son chiitas pero es sólo para conseguir dinero de Irán y de los americanos... pero en verdad no creen en nada.
-Bueno, en algo creerán -Sin notar que Macri sonreía, Ajmal chasqueó la lengua y escupió al suelo, que es una efectiva manera de negar, en estas tierras. El tendero intervino entonces, él sí, sonriente por la broma
-En buda.
-Qué cabrón! -dijo Macri riendo. Todos habían entendido que se refería a las grandes estatuas de los budas de bamiyán, de setecientos años de antigüedad, que los talibanes dinamitaron en Bamiyan, la capital hazara.
-Bueno, amigos, tengo que irme, me están esperando en el gimnasio. Sólo quería explicarle la situación al señor Macri Kibris. No sé si todo lo que se cuenta de él y su misión aquí...
-¡Qué pesados!
-Decía que no sé si es todo cierto o no, pero si lo fuera, quiero que tenga en mente todo lo que le he contado. Y que se lo piense antes de colaborar con esos corruptos de los hermanos Ghani. Sólo eso. Ahora me despido.
Ajmal, muy correcto le dio la mano a Macri. También agarró levemente la de Maru, que llevaba un rato en silencio, dedicada a comer pastelitos de miel, como si con ella no fuera la cosa.
Cuando salió de la tienda el vendedor, que no había parado de rellenarles las tacitas de té, le dio un par de palmadas en el hombro a Macri:
-Bueno, ¿y no le interesaría llevarse una alfombra de recuerdo?
-Creo que no estoy en condiciones de cargar con una alfombra por todo Afganistán.
-Pero puedo guardársela hasta que vuelva.
-Mejor la compro a la vuelta, si acaso.
-Muy bien. Quedamos en eso –sonrió enseñando varios dientes negros- ¿Quiere ver las alfombras del once de septiembre? Son nuestra especialidad.
-¿Qué? - macri tenía cara de estupor, no se sabe si real o fingida. Maru reía con descaro.
-Os las enseño.
El tendero empezó a sacar alfombras de uno de los montones apilados a los lados de la visita y a extenderlas en el suelo entre ellos. La mayoría mostraban dibujos, esquemáticos e infantiles, alusivos a los atentados de Nueva York: dos torres con un avión en llamas dirigiéndose hacia ellas, las dos torres en llamas, a menudo la leyenda “11-S”, en grande, ocupando la parte superior de la alfombra.
-Son las que más éxito tienen ahora entre los occidentales -El vendedor puso una media sonrisa resignada al decirlo.
-¿Y estas también las exportáis a Pakistán?
-Por supuesto, aunque creo que allí nos las compran por otro motivos – guiñó el ojo- De todas formas lo de Pakistán es una ruina, apenas nos da para cubrir gastos. Lo verdaderamente rentable ahora son las exposiciones... pero es difícil que te inviten a alguna si no tienes contactos. Ni siquiera los sobornos funcionan. Hay dos mil comerciantes de alfombras en Kabul y sólo cien pueden ir a las exposiciones para vender, y son siempre los mismos: familiares de alguien conocido, o los socios que tienen la tienda a medias con algún político, supongo que ustedes no podrán ayudarme a ir a alguna exposición, ¿no? - Como respuesta Macri y Maru se limitaron a sonreír y enarcar las cejas. Era evidente que incluso en la escala de los trabajadores humanitarios ninguno de ellos ocupaba una posición especialmente relevante.
Al poco salieron de la tienda. Era ya la hora de la comida, así que Macri se quedó mirando a su amiga, sonriente, en la puerta del negocio:
-perfecto ¿y ahora me vas a llevar a comer a un sitio bonito?
-No. Te voy a llevar a dormir la siesta.
-¿dormir?
-Bueno, al menos te voy a llevar hasta mi cama, que hace horas que no te muerdo y se me está olvidando el sabor; una vez allí ya se verá si dormimos -A Macri no dejaba de extrañarle y de atraerle brutalmente esa manera de Maru de cambiar su personalidad aparente. Era capaz de estar callada mientras alguien les hablaba de secuestros o de espadas mágicas, como si tuviera poco carácter... pero cuando quería de revelaba fuerte, segura, mandona. No quedaba más que obedecerla. Tampoco le desapetecía.

1 comentario:

Ana González dijo...

:$ ¿Algún otro blog más? Blogger debería limitarte la exitencia en la red para que dejes de dispersarte, jajaja. El otro día llegué aquí por casualidad y me tragué las ocho entregas que había de una sentada. Hoy tengo más o menos esta carita :-$$$$$$

Me parecieron varias cosas este blog: raro (dichosa palabrita) porque me recordó a las novelas por fascículos, más raro por tener que leer algo de forma inversa (más tarde me di cuenta de lo bien pensadas que estaban las etiquetas) y rematadamente raro por la temática escogida y estando escrito en español.

Ahora que sé quién lo escribe empieza a parecerme todo de lo más normal, jajaja.

Tú también eres Andrea? Es que puedo acceder al perfil ni a la dirección. La intriga me puede...